En unos años puede que borrar los michelines sea tan sencillo como aplicarse un parche adhesivo sobre la piel. No serán necesarias ni horas de gimnasio, ni dietas ni liposucciones. Esta es la propuesta de un grupo de investigadores de las universidades de Columbia y Carolina Norte que han desarrollado un dispositivo, capaz de disolver la grasa con solo colocar un pequeño, pero sofisticado parche cargado de medicación sobre los antiestéticos rollos de piel. No se trata de ningún truco de «teletienda», sino de pura ciencia. Los investigadores han recurrido a la nanotecnología para transformar el tejido adiposo en energía y lo demuestran en la revista científica ACS Nano.
Por raro que parezca, la última esperanza científica contra la obesidad quiere hacer de la grasa su mayor aliada. El tejido adiposo no es tan malo, al menos cierto tipo. Igual que existe un colesterol «bueno» y «malo», el metabolismo humano cuenta con dos tipos de tejido graso: uno blanquecino responsable de los «michelines» (la grasa mala) y otro pardo o marrón, una grasa «buena» que consume calorías para mantener la temperatura corporal adecuada. Y esta grasa parda es en la que numerosos laboratorios tienen puestas sus esperanzas para combatir el aumento de peso en el mundo.
La transformación de grasa blanca en marrón ocurre de forma natural cuando el cuerpo está expuesto a temperaturas muy frías. De hecho, gracias a ella se mantienen calientes los mamíferos que hibernan y también los humanos al nacer, que son ricos en ella. Después, durante la infancia y la edad adulta estas células se desactivan. Así que el reto para la ciencia es dominar el mecanismo por el que las células de la grasa, al formarse, se convierten en marrones o blancas para poder estimular la presencia de los adipocitos «buenos».
Existe una carrera científica para desarrollar un fármaco que sea capaz de reproducir este proceso natural a nuestro antojo. Sin embargo, los intentos hasta la fecha no han sido lo positivos que se esperaban. Las pastillas e inyecciones desarrolladas funcionan pero provocan malestar gastrointestinal y fracturas óseas.
Menos efectos secundarios
El nuevo parche sortea estos efectos secundarios al actuar localmente. «Liberamos el medicamento, sin exponer a todo el organismo a la medicación. No hemos visto ninguno de esos efectos secundarios en nuestros experimentos», apunta Li Quiang.
Para aplicar el tratamiento, los fármacos que producen la transformación de grasa blanca en marrón, se encapsularon en nanopartículas de 250 nanometros. Este diámetro tan pequeño es invisible al ojo humano si no se utiliza un microscopio.
Para imaginarnos su dimensión bastas saber que, por ejemplo, un cabello tiene un calibre de 100.000 nanometros.Los científicos de las universidades americanas utilizaron rosiglitazone (Avandia) y un antagonista de un receptor betaadrenérgico para intentar transformar el tejido adiposo blanquecino en marrón. El fármaco se liberó en la piel a través de docenas de microagujas que contiene el parche.
En los ratones tratados logró reducir hasta en un 20 por ciento la acumulación de grasa en el abdomen. Solo se necesitó colocar los parches cada tres días durante cuatro semanas.
Alternativa a la liposucción
No solo se perdió grasa, sino que se redujo la cantidad de glucosa en sangre, lo que demostraría que el tratamiento es mucho más que un remedio antiestético. Podría ser una alternativa poco agresiva a las liposucciones actuales, y además ayudaría a combatir la diabetes, entre otros problemas relacionados con la obesidad y el metabolismo.Eso sí, de momento es una alternativa solo para ratones. Los parches aún no se han probado en humanos. Los investigadores están estudiando combinaciones de fármacos que actúen con mayor eficiencia sobre la grasa localizada. el contenido del artículo aquí.
Fuente: abc.esEd