Si estás decidido a someterte a una lipoescultura quirúrgica o invasiva –la más eficaz– te ofrecemos algunos consejos que te pueden servir de ayuda:
La lipoescultura invasiva requiere una intervención quirúrgica, por lo que debes buscar un profesional y una clínica que cumplan todos los requisitos legales que aseguren un funcionamiento correcto y seguro. Desgraciadamente, las noticias nos descubren timadores que ofrecen este tipo de intervenciones sin la preparación adecuada y en lugares no que no se encuentran acondicionados para realizar intervenciones quirúrgicas con seguridad, como domicilios particulares.
El presupuesto y el contrato con la clínica de lipoescultura debe estar bien detallado y recoger tanto las visitas y pruebas del preoperatorio y postoperatorio, como lo que se va a realizar durante la intervención quirúrgica.
Es aconsejable que el día de la operación acudas a la clínica con un familiar o amigo para que te acompañe a casa tras la intervención.
Seguir una alimentación sana y equilibrada siempre es un buen consejo, pero recuerda que lo es más aún para aquellas personas que van a someterse a una cirugía.
Ciertos medicamentos y suplementos naturales se deben suprimir unos días antes y después de la operación. Durante el preoperatorio el médico deberá informarte de cuáles son los componentes que se deben eliminar y con cuánta antelación.
El alcohol y el tabaco son enemigos de la salud siempre, y es especialmente aconsejable prescindir de ellos días antes de la operación.
Dependiendo de la zona y el tipo de intervención, el postoperatorio será diferente. No obstante, se recomienda reposo y una dieta muy controlada las primeras 48 horas (primero sólo líquidos, luego dieta blanda y después dieta normal).
El paciente deberá andar lo antes posible para evitar la formación de coágulos o trombos por la inactividad. No obstante, debe evitar movimientos bruscos durante una semana y, dependiendo de la zona operada, podrá reincorporarse a su actividad normal en unas 72 horas, o deberá esperar un par de semanas o más.
El médico deberá instruirte en el uso de una faja, vendaje o gasa compresiva para después de la intervención. Puede ser necesario emplearla durante dos meses, aunque lo normal es usarla dos semanas de forma continuada y, después, uno o dos días a la semana.
Es normal que la zona tratada se hinche y aparezcan moratones. Desaparecerán poco a poco, gracias al uso de la faja o las vendas compresivas, aunque es posible que una leve hinchazón se mantenga durante 3-6 meses.
En ocasiones, es adecuado recibir masajes especiales en la zona tratada para ayudar al cuerpo a que se recupere de la intervención, así como para que la piel se readecue a la nueva forma del cuerpo. Sin embargo, una vez más debe ser el especialista quien indique cuándo se puede empezar con los masajes.