La blefaroplastia, es una cirugía que tiene como finalidad rejuvenecer la apariencia del rostro y corregir las señales que en los párpados manifiesta el envejecimiento facial: descolgamiento de la piel de los párpados superiores y “bolsas” u ojeras en los párpados inferiores y en la porción interna de los superiores; a través de la extracción de la grasa y el exceso de piel y músculo de los párpados que se remodelan, reposicionando así el exceso de tejido y reforzando, al mismo tiempo, los músculos y tendones circundantes.
Sin embargo, esta intervención no elimina las “patas de gallo” u otras arrugas ni la caída de las cejas.
En los casos en los que se presenta una importante cantidad de piel en el párpado, ésta puede colgar sobre las pestañas y causar la pérdida de la visión periférica, donde las partes externas y superiores del campo visual son las más comúnmente afectadas, realizándose en estos casos la blefaroplastia del párpado superior para mejorar la visión periférica.
Otras veces, en pacientes con una menor cantidad severa de exceso de piel, se realiza un procedimiento similar por razones estéticas, causa principal de las operaciones que se realizan en el párpado de abajo.
Preoperatorio de la blefaroplastia
El cirujano evaluará en una primera consulta la visión y la producción de lágrimas, así como su estado general de salud, al que debe informar si toma alguna medicación, fuma o tiene alergia a algún medicamento. También es importante conocer si el paciente, que debe aportar su último examen oftalmológico, lleva gafas o lentillas.
Si fuma, deberá dejar de hacerlo una o dos semanas antes de la cirugía y seguirá las indicaciones que le proporcione su cirujano plástico acerca de cómo prepararse para la operación, incluyendo normas sobre toma de alimentos y líquidos, o toma o supresión de medicamentos y vitaminas y lavado de la cara.
Operación de blefaroplastia
La blefaroplastia se realiza en quirófano, dentro de una clínica u hospital, y normalmente no es necesario un ingreso, precisándose solo un control durante las horas posteriores a ella.
Suele durar entre una y dos horas, o más cuando se asocia a otras intervenciones, ya que en algunos casos se lleva a cabo como parte de otra operación, en general un estiramiento facial o lifting, según lo cual se realizará con anestesia local o general, siendo la más común la local más sedación.
Se inicia la operación realizando unas incisiones externas hechas a lo largo de las líneas naturales de los párpados superiores, y justo debajo de las pestañas en los inferiores, que en algunos casos pueden extenderse hacia las patas de gallo para liberar y extirpar así el exceso de piel y músculo orbicular.
Se debe planificar y dibujar la intervención previamente en ambos párpados y, si se van a realizar los cuatro, generalmente se empieza por los superiores. A través de estas incisiones, y mediante una pequeña tijera, se separa la piel de la grasa y músculo subyacentes, extirpando el exceso de grasa y, en ocasiones, el exceso de piel y músculo. Posteriormente se cierran las incisiones con una sutura estética muy fina y, tras aplicar una pomada lubrificante en los ojos, éstos se cubren con un vendaje.
En otros casos, en pacientes jóvenes en los que sólo hay exceso de grasa, se puede realizar una blefaroplastia transconjuntival de los párpados inferiores; donde la incisión se coloca en el interior del párpado inferior no dejando cicatriz visible.
Al terminar, se aplica una pomada oftálmica y unos apósitos con suero fisiológico muy frío con el fin de reducir las molestias y la inflamación, aunque es normal que durante la primera semana persistan la hinchazón y los cardenales de los párpados. La mayor parte de los pacientes podrán incorporarse a su vida normal en unos 10-12 días.
Postoperatorio de la blefaroplastia
La recuperación es rápida, y los puntos se retiran entre los 2 días y la semana. Las posibles molestias sobre los párpados se alivian fácilmente con la medicación prescrita por su cirujano, debiendo mantener la cabeza elevada durante unos días después de la cirugía y aplicarse compresas frías, para disminuir la inflamación y los hematomas, que tienden a desaparecer en una o dos semanas, aunque se necesitan al menos varios meses hasta que el resultado final se vuelve estable.
Las cicatrices pueden tener un aspecto rosado durante los primeros meses, aunque irán progresivamente desapareciendo hasta convertirse en un línea clara casi invisible.
En los primeros días puede suceder que durante el sueño no se cierren completamente los párpados; hasta que el músculo orbicular recupera su tono, y durante las primeras semanas puede notar lagrimeo excesivo, hipersensibilidad a la luz y cambios temporales en la agudeza visual, como visión borrosa o doble, o edema temporal de los párpados debiendo utilizar unas pautas específicas para lavarse los ojos y colirios oftálmicos para mantenerlos hidratados. Si usa lentillas no podrá ponérselas hasta pasadas dos semanas.
Las complicaciones son infrecuentes cuando la blefaroplastia es realizada por un cirujano plástico cualificado, aunque siempre existen posibilidades de que se produzcan infecciones o reacciones anestésicas, minimizándose los riesgos si sigue las instrucciones de su cirujano plástico. Una complicación infrecuente es el ectropion o párpados despegados, que puede precisar corrección quirúrgica.
El resultado de la operación es muy favorable y duradero y, en general, las bolsas de los párpados no suelen reaparecer.
¿Para quien es aconsejable? Candidatos a la blefaroplastia
Los pacientes con ojeras o bolsas en párpados, que generalmente son de origen hereditario y dan apariencia de cansancio son los mejores candidatos, generalmente de 35 años en adelante, aunque en algunos casos son más jóvenes, ya que el problema de las bolsas, o grasa acumulada en los párpados, puede ser de carácter hereditario.
Enfermedades del ojo, como el glaucoma y el desprendimiento de retina también pueden suponer un riesgo; en determinados casos, puede ser necesaria una revisión oftalmológica previa.
Existen contraindicaciones que hacen que existan más riegos al realizarse una blefaroplastia, como son los problemas de tiroides, los ojos secos por falta de lágrimas, la hipertensión arterial, las enfermedades cardiovasculares, alteraciones de la coagulación y la diabetes.
Fuente: http://www.esteticaycirugia.es